Nacido en una familia de peluqueros, entre rulos, laca y tijeras…“nunca me gustó la peluquería como oficio“. Fue su padre, peluquero desde 1925, quien le introdujo en este mundo... “aun negándome, mi padre me inició en el oficio y para que siguiera en él montó un salón. A raíz de ello, me llegó la gran oportunidad que siempre había esperado”. Rosy Carita, de Carita de París, la mejor peluquería del mundo en los años 60, se fijó en él y le ofreció un stage a su lado. Allí, en aquel París del glamur, en aquel salón, su alma de artista o creativo se formó teórica, filosófica y emocionalmente.
“La peluquería allí era otra cosa. Era el mundo del estilismo, de la imagen, de la Haute Couture y la Haute Coiffure, no tenía nada que ver con la perspectiva de la España gris de aquellos años. Comprendí la importancia que puede tener un buen equilibrio entre imagen, cuerpo y peinado.
Raffel Pagès un self-made man con facilidad en todo lo relacionado con la creatividad, la escritura, la pintura, la escultura o la realización de un peinado, dice sentirse más un creativo de imagen que un peluquero, precisamente por tener la mente abierta a todo lo que representa belleza, la única forma de acercarse al arte.
A su regreso de París, en 1975 inaugura su primer salón en la calle Reina Elisenda, 16 de Barcelona, inicio de una expansión que siempre ha ido al alza, salón al que seguirían otros 6 más. En aquel momento, la competencia en Barcelona era muy fuerte, pues la ciudad era y seguirá siendo cuna y esencia de la peluquería española.
A raíz del éxito de este primer salón, es llamado para shootings de publicidad y revistas de moda, y en estos años comienza a ser reclamado por empresas, grupos, gremios y familias profesionales italianas, estableciéndose una colaboración a título personal a lo largo de 10 años en no menos de 200 ocasiones. Por todo ello, es fichado por la primera firma mundial en productos de peluquería, L’Oréal Paris, para presentar sus colecciones por todo el mundo y se erige en embajador de esta firma, a la que tan ligado se siente emocionalmente y de la que dice llevar su ADN en la sangre.
Pero será durante las Olimpiadas de Barcelona de 1992 cuando pondrá en marcha su gran proyecto y verdadera semilla de la expansión de su empresa: el Instituto de Perfeccionamiento Raffel Pagès, centro creado para la formación exclusiva de sus colaboradores y actualmente abierto a cualquier profesional. Para Raffel Pagès, la formación es uno de los puntos más importantes en los que debe basarse nuestra forma de vivir, “Debemos aprender durante toda la vida, yo todavía estoy aprendiendo y continuaré haciéndolo hasta el fin de mis días”.
A partir de este momento, comienza a crecer la historia de la marca, cuya presencia internacional queda refrendada por sus 2 salones en París (Francia), hasta alcanzar los 83 salones en España y convertirse en una de las diez grandes firmas de la peluquería mundial, con sus propios conceptos, estilos y tendencias que la diferencian del resto de marcas.
Con su afán innovador siempre latente, en el año 2000 crea una nueva marca dentro del grupo a la que llamará “Teentrends by Raffel Pages”, un innovador concepto de peluquería emocional y transgresora que él define como “el chic subversivo”. T&T es un estallido de creatividad, una explosión de sentidos estéticos. Pocas diferencias existen en nuestras firmas por lo que se refiere a la imagen de mujeres y hombres. Las técnicas y la creatividad en cortes, peinados y colores, por mucho que se diga, no se diferencian tanto, únicamente existe “la gran peluquería” con sus peculiaridades en función de la propia imagen y el sexo. Las nuevas generaciones T&T no hacen más que confirmar estos conceptos, sólo es importante la imagen final que ofrecemos.
Para Raffel Pagès, las claves del éxito son sus cuatro “I”: Invertir, Investigar, Intuir e Innovar.
Tanto en el campo técnico-artístico, como en el del negocio: “he tenido siempre como punto de referencia ir adaptándome de forma continuada a los cambios que se han producido en mi entorno, de manera que he adoptado una actitud de renovación constante en todas las áreas”.
Invertir es una apuesta obligada para poder generar nuevas ideas y nuevos proyectos; es imprescindible Investigar nuevos conceptos de técnicas e imágenes, Intuir hacia dónde se encaminan los deseos estéticos de nuestra sociedad e Innovar, para atrevernos a ser descarados en nuestras propuestas y colecciones.
Invertir en investigación de la mano del Equipo Creativo Raffel Pagès, el alma de la firma, generador de nuevos conceptos de imagen ya sea a través de pasarelas o desfiles, los cuales para Raffel constituyen una forma clara de diálogo con la sociedad.
La peluquería es para Raffel Pagès “el oficio de los diálogos y los silencios” y desde esta perspectiva ha creado la “Peluquería Emocional”, no sólo realizada con las manos, sino con los sentidos y las emociones que genera cualquier persona. La peluquería Raffel Pagès es innovadora, fresca, urbana, cool y ágil.
Raffel Pagès es una marca de gran versatilidad en sus tendencias e imágenes, que hacen de esta firma un concepto absolutamente identificable dentro del campo profesional.
Raffel Pagès cree en el éxito, pero no en la fama, “el éxito, cada persona lo percibe de una forma distinta”. Trabaja rodeado de su familia; siempre ha sido, es y será una empresa familiar con las ventajas y desventajas de este tipo de empresas. Actualmente, una tercera generación se está adaptando a los cambios sociales, políticos y económicos derivados de la situación actual. Sus dos hijas, Carolina y Quionia Pagès, van de la mano de su padre, respetando la esencia pura con la que fue fundada la firma.
El amor por el arte y las antigüedades han llevado a Raffel a ir reuniendo durante más de 30 años una colección de objetos relacionados con el mundo de la peluquería que ahora se exhibe en su Museo de la Historia de la Peluquería Raffel Pagès, nº 1 en el mundo, siendo el objetivo principal de esta colección recuperar la historia de la peluquería como base fundamental para poder entenderla íntegramente. Es, así pues, una manera de comprender el presente y afrontar el futuro de esta profesión a través de más de 7000 objetos buscados, conseguidos, recogidos, clasificados, catalogados y archivados para que los profesionales y amantes de la historia puedan disfrutar de ellos. En el 2010 la Exposición “Art Coiffure” reunió unas 400 piezas exhibidas en el Museo Diocesano de Barcelona; cosechó un gran éxito y centenares de medios de comunicación de todo el mundo han reconocido el elevado valor artístico y cultural de este novedoso museo. “Todavía existe un gran desconocimiento sobre la historia de mi profesión y quedan muchas cosas por descubrir; yo tengo el deber de hacerlo”.
Para Raffel carece de importancia el número de salones que conforman el grupo, pueden ser 100 o podrían ser 60, siempre que se cumplan los cánones de calidad marcados por la firma; no obstante, lógicamente, si podemos mantener este difícil equilibrio de muy buen servicio, calidad y precio, nos parece o creemos que no habrá dificultades para el crecimiento de la firma. Su presencia en París con dos salones de peluquería, única marca española del sector presente en la ciudad de la moda, avala que nuestra fórmula funciona y que podemos seguir creyendo en un excelente futuro.
La mujer y el hombre actuales buscan otras motivaciones no sólo estéticas… actualmente deben ofrecerse sensaciones, ilusiones, emociones y bienestar.